Se licenció en Fotografía y Creación Digital en el CITM, Universidad Politécnica de Cataluña de Terrassa en 2006. Ha complementado sus estudios a través de talleres con Antoine d’Agata, David Jiménez y Jorge F. Bazaga, entre otros. Utiliza la fotografía documental como herramienta de observación y experimentación autobiográfica. Le interesan temas como la identidad, el cuerpo, la naturaleza y la música.
Actualmente es nómada desde hace casi un año. Junto a su pareja, también fotógrafo, decidieron mudarse a vivir a una autocaravana. Este movimiento vital responde a una necesidad de cambio de ritmo y de reencuentro con la naturaleza. Juntos, desde Nomad Studio Art, están empezando a desarrollar diferentes proyectos que aúnan retrato y naturaleza.
El bosque dormido
El trabajo que se presenta es el resultado del cruce de caminos entre una artista visual, un poeta y un músico. Un relato que surge de la combinación tierra- bosque-cuerpo, y se teje al ritmo de la vida. Respetando tiempos. Fluye con encuentros y separaciones, mediado por el azar y la necesidad de amar, de libertad.
El punto de partida es una correspondencia entre Eli Garmendia y Roberto Ruiz Antúnez, con la música del letón Peteris Vasks como inspiración y telón de fondo. Un diálogo creativo mediado por texto e imagen. Cada fotografía suscita intuiciones, versos y palabras que contienen a su vez otras imágenes. Ambos -fotógrafa y poeta- emplean la música como catalizador de sus intuiciones. Hay un tránsito hacia lo desconocido e inexplorado en este diálogo.
El bosque letón aparece como la continuación del viaje de investigación interior. Los acontecimientos de la naturaleza y del universo permanecen ajenos a la finitud de lo humano, que sin embargo participa de ese gran movimiento de la totalidad. Desde nuestra cotidianidad, intuimos que la eternidad nos está vedada, pero aun así seguimos alzándonos de puntillas para atisbarla, quizá por un breve instante.
No hay conclusión, sólo sucesión de momentos presentes hasta donde alcanzamos a ver. Y al final queda el silencio, aunque es otro silencio. Esta obra ofrece una puerta de entrada en el bosque dormido que permanece latente en lo profundo de cada ser. Y desde su verdad, misterio y belleza nos invita a escuchar el latido de nuestras pisadas, de nuestra
incertidumbre.
Texto de Jorge Fernández Bazaga
Madrid, 2019